A veces
voy hasta donde estás
y me pierdo en ti;
otras
pasas por donde estoy
y me acaricias
en tu ir y venir,
dejándome mojada.
Hay tiempos en los que llega el sol
y sus rayos dan calor a cada
partícula de mi existencia
y, al mismo tiempo, te calientan.
En otros
en las que, silenciosamente,
tiemblo empapada por tu frialdad,
cuando te arropa
un invisible céfiro invernal.
Pero siempre, abrazos excitantes
y halos matrimoniales
nos unen porque somos…
agua y arena.
Autor:
Amelia Suárez Oquendo
Amediana
18 de diciembre de 2012.