"Cuando en el amor no hay mentiras/ y el tiempo se convierte en instantes infinitos,/ me doy cuenta cuando suspiras,/ que es tu alma hablando a gritos".
Si las paredes hablaran yo les preguntaría
hasta el más mínimo detalle de tu desnudez,
sé que lo que me dirían tanto me gustaría
que les pediría que me lo dijeran otra vez.
Que me digan al dormirte en qué posición,
soy capaz de preguntarle incluso al techo,
si se oye desde arriba el latir de tu corazón
y si queda al aire la zona bendita de tu pecho.
O si duermes bocabajo, a la vista tu espalda,
esa espalda que me lleva por sendas inciertas,
si se ven tus muslos, los que muestra tu falda
y que me revele si tus piernas están abiertas.
Si tus paredes me hablaran seguro contarían
al ver tus senos hermosos que tanto bendigo,
que si gimes dormida tus pezones se pararían
en señal de que mojada estás soñando conmigo.
Y yo volvería a mirar al techo y a preguntarle
qué siente al verte por horas en esa perspectiva
y si pudiera hablar ya me parece escucharle
pidiéndome que un poema a tu belleza escriba.
Si las paredes pudieran hablar sé que gritarían
que hasta profundamente dormida me nombras,
luces de hembra hermosa de tu cuerpo saldrían
y en concierto de lujuria bailarían las sombras.
El techo no diría más, sin palabras quedaría,
mudo de tanta belleza que tu desnudez arroja,
tu cuerpo es árbol divino al que feliz subiría
para lamer cada rama, para besar cada hoja.
Si las paredes hablaran ¡cuánto me verías!
sentado en un rincón hablando con ellas,
se enojaría el sol si no te viera todos los días
y en las noches muy celosas las estrellas.
Y hasta las paredes terminarían enmudeciendo
al oírte profundamente dormida suspirando
y ver una de tus manos a tu vagina diciendo
que un orgasmo con mi nombre está llegando.