Fuego caído del cielo miran mis ojos retemblando,
mirando con sobresalto los siete espíritus que gritan de ramalazo
Grito que impresiona al más valiente de los mortales.
Mis plegarias no sirven de nada, pasan por inadvertidas
¿Será que todo termina?, así nada más, ¿sin un santo juicio
que proporcione la gracia de la duda?
Correcto… muere todo aquí y renacen de entre los escombros
olvidadas reflexiones, insensibles sentimientos y se perciben
coros divinos, que por un instante especularon perderse en ese
fuego caído, ese sueño iluso que renace de un
mundo que estúpidamente creímos tener en entre nuestras manos.
Todo emprende de diferente, todo vuelve a empezar…