En teclas que permiten recrear la pasión
entre almas encontradas en era memorial
aisladas por el tiempo, no hay ofrenda casual
sus manos como seda acarician un bordón.
Notas en pentagrama de singular canción
donde el mar será lecho, dulce amor sin igual,
donde pintan recuerdos de un momento final
cubriendo los espacios, perdiendo la ilusión.
Ni el vaivén de las olas, ni amar consentirán
caer en un vacío, ¡tiembla en profundidad!
Juntos amado y mar, duerme la adversidad.
Del amor, bella danza sus manos tañerán
pianistas rutilantes en tonos impecables
de dobles sostenidos en mimos perdurables.