monique ele

Mi obstinaciĆ³n


Mi obstinación debería decirte 


que mi inspiración no murió


entre tus brazos-


que tus besos nunca fueron


la medida de todo-


Mi obstinación debería gritarte


que el pasado es sólo 


una manera de engañarnos-


un modo de excusar


que estuvimos vivos


-aún mucho antes de nosotros-


mientras la tierra 


se amodorra


en esa mueca


que hasta ayer 


-ingenuos-


nombrábamos sonrisa-


y que hoy

 

-francamente-


 me da risa-




Mi obstinación


debería razonarte


que no hubo daños


a primeros ni terceros


-que para lastimar


hacía falta sentir


y que para sentir


hacía falta amar-



Mi obstinación 


debería ser capaz


de mirarte


a la cara


-con la intrascendencia


que se posa en las cosas-


con esa levedad que de tan leve


se soporta-


mientras el reverso de la mano


aplica bien la fórmula:

 

te esconde estas lágrimas-


y las guarda-


sin que -jamás- 


la otra mano lo note-