FADO DEL ANGEL.
Esta voz de murallón oscuro
Sin concesiones
Siempre a ras del silencio
Desgranado en rosarios de vino
Fado mío y ajeno
¿Quién no lloró contigo
La sospecha de la pena que asoma?
¿Quíen no gozó tu sombra,
La ceniza borrosa de tus alas,
El doliente latir de la existencia,
La comunión oscura con tu alma…?
Tan luego vos y yo,
Tan diferentes
Unidos en idénticos destinos
Cantándole a las cosas que no mueren
Y al amor.
Fado del ángel mío. Fado azul
Que se compró un infierno
Soñando con celestes paraísos
Y con cielos prestados...
Vos quedaste apresado entre las cuerdas
De las guitarras libres de la noche
Y yo quedé temblando
Sin que nada apresara a mis vacíos
Pero también cantando igual que vos
Fado ajeno y tan mío…
Tu extranjera cadencia me ha prestado
La sonrisa difusa y el amor torturado
La horrible certidumbre
De las copas vacías
Y los espejos rotos
Y de saber que no hay nadie, fado…
Sólo nosotros…
Y mi amor
Veronica.