En qué mares vaciaste la alegría
en cuál agua los sueños olvidaste.
Sedimentos de anhelos conformaste
en boca rebalsada de ironía.
Qué absurda y errónea fantasía
desterró las visiones que tiraste.
En qué mundo de horror te despertaste,
que emulsiona tu ser en rebeldía.
En bullente y oscura pesadilla
difuminas sonrisas de mañana.
Nerviosismo insistente te encasilla
en clausura despótica y temprana.
A tu dicha espontánea la engrilla,
de enlutada tristeza la engalana.