Acurruco tu miedo
con mis dedos,
mis yemas,
mis uñas,
en mi manto.
Tu lengua, cielo negro
eclipsa el sudor de mi pánico
me inundas por los poros
aterradora.
Olor a ti, en mis manos vacías
fluyes eco en mi cuerpo
asombro de carnes
carnes de sombras
muerdo mis manos.
Nunca,
los ecos
las sombras
las imágenes
sino dos cuerpos
solamente dos cuerpos.
Autor:
Walberto Díaz
19 de noviembre 2012