El respeto que mereces no es en vano
tu toda inmensidad me lo revela
te quedas con quien gustas en las manos
y escupes los desechos en la arena.
Por eso: Mirándote en tu anchura
me obstino en descubrir para tu enojo
que escondes algún banco de ternura
allí, donde yo creo, están tus ojos.
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