Y a ti Dios debo agradecértelo.
A ti te señalo como el autor
de la alegría que siento,
porque sí, pido que
mi corazón siga latiendo. Y tú permites que así sea.
Muchas veces no se cómo expresarme
contigo, Señor.
Tengo tantas cosas que agradecerte,
en nombre mío, en el de mi gente,
mis amigos,
y sobre todo mis hermanos carnales.
Todos estamos con unos años
de más, varias décadas en nuestras vidas...
con nuestras penas y altibajos diarios,
y a veces con nuestra salud.
A veces la gente mayor
sufre físicamente por cualquier
motivo, y nos empeñamos en continuar
como si nada nos pasara.
Y queremos realizar trabajos
tal vez forzados, para demostrarnos
a nosotros mismos tener fortaleza,
aunque débiles nos sintamos.
Esta mañana amaneció
con una torrencial lluvia,
se parecía a un diluvio...
salgo al patio, el cual es un
ambiente más del departamento,
y veo se estaba inundando debido
a la gran cantidad de agua.
Rápidamente comencé a retirar
sillones, sillas, y otros elementos,
para que no se mojasen...
tal vez exageré mi preocupación...
pero veía salir las aguas,
haciendo casi flotar elementos...
y me preocupé, y me alarmé...
y mi corazón aceleró su marcha
debido a mi estado nervioso...
lo gracioso u ocurrente del caso,
es que tomé un puñado de sal gruesa
y abriendo la puerta del departamento,
dando la espalda al pasillo,
arrojé esa sal...
y al par de minutos dejó de llover...
ese procedimiento el noventa
por ciento de las veces, da resultado.
Al suceder esto, las aguas bajaron...
y siempre que llueve, para...
El día continúa nublado
y con amenaza de nuevas lluvias,
espero sean más leves,
porque si no nos convertiremos
en patos nadadores...
Ahora estoy más calmo,
más tranquilo.
Me encomiendo a ti, Señor...
para que me des la fortaleza
interior que a veces necesitamos
nosotros, tus hijos terrenales.
Hoy me he dispuesto,
una vez más, a pedir por el mundo...
existe tanta negligencia,
tanta pobreza... tantos miles y miles
de personas que necesitan de un
mayor bienestar... ayúdales Señor...
Tú nos envías tu luz...
pero te reitero, que Tú
no eres responsable...
Necesitamos ayuda gubernamental,
que no nos llega...
nos mantienen diariamente en vilo...
qué ha de ser el futuro de mi país,
y el de otros tantos...
todo esto, me pone mal...
acelera el ritmo de mi corazón...
pero sigo viviendo...
sigue latiendo, corazón...
Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 20/12/2012)