Me asusta la maldad de otros
la obsesión que comulgan sus letras
los verbos que conjugan sus bocas
la pobreza de espíritu en sus ojos…
No me gusta la mentira sembrada
pues la siega es solo cautela
el murmullo de las aguas riegan
lágrimas vertidas de desconfianza.
Lobos vestidos de ovejas
pobres de alma y espíritu
consagrando falsas caretas
van mintiendo sin una vergüenza.
Y tu triste caminante…
¿dónde has dejado el temor en tu alma?
¿donde perdiste las riendas?
para estar siempre a ¿cuenta?…
Solo somos trigo sembrado
Y vivimos una vida prestada,
¿ por que tenemos que estar decaídos
por el mal que se apodera del alma?
Hoy me aferro a mi pluma sencilla
y en estos versos transmito mis cuitas
me he encerrado meditando en otros
por sus actos que traen congoja…
Somos vasija imperfecta en sus manos
no !todos! serán transformados
dejemos que arreglen sus cuentas
ante el padre que esta mirando…