Dos señoras de mediana edad, se mudaron para un sector de la ciudad, casi al mismo tiempo. Como vecinas fomentaron una gran amistad la cual se mantuvo inalterable por muchos años.
Carmen y Ramona recibieron una educación hogareña llena de valores por parte de sus padres, honradez, respeto, caridad, bondad, lealtad, calidad humana, sinceridad, eran algunos de los principios, que regían sus vidas por esta razón nunca tuvieron problema alguno que perturbara
su excelente relación, jamás una palabra fuera de tono, grosera o irrespetuosa se cruzó entre ellas, vivieron pues de manera armónica el cariño que siempre las unió.
Con gran alegría vieron crecer a sus hijos y muchos nietos, a los cuales les transmitieron los valores que siempre habían regido sus vidas, razón por la cual eran dos familias ejemplares en su comunidad. Transcurrió el tiempo y una noche, una de las hijas de Carmen, quien tenía un poco de retardo mental, vió que su madre no se sentía bien según le había manifestado, nerviosa llamó a Ramona por la cerca divisoria de las dos viviendas y le pidió ayuda. Inmediatamente esta vino a casa de su amiga y vecina pero viendo su estado llamó a un hijo de Carmen que vivía muy cerca, este inmediatamente llegó a casa de su madre, mas se puso nervioso por los síntomas y decidió comunicarse con una hermana que tenía automóvil. En menos de un suspiro llegó Elena y decidió llevarla de emergencia a una Clínica, Carmen llegó viva pero había sufrido dos infartos muy fuertes, los que les causaron la muerte en dos horas…CONTINUARÁ