Quisiera regalarte algo grande,
Algo que no pudieras olvidar,
Y, sin nada que ofrecer,
¿Qué se puede regalar?
Te regalo una comida,
De amistad y de risas;
Una película, un baile,
Una conversación, un no hacer nada.
Te regalo el ruido,
Ese mismo que a la noche acompaña.
Te regalo silencios, envueltos entre palabras,
Y también,
La distancia permanente entre montañas.
Te regalo el orgullo herido,
El enfado abandonado,
Y la dignidad sin reclamo,
Todo envuelto con mi confianza,
Un escaso tesoro en alza.
Te regalo una mirada,
Esa que comprende, escucha y habla.
Te regalo la contención,
Del impulso que merma el agua.
Te regalo el esfuerzo,
El cansancio, la desilusión y la perseverancia.
Te regalo la ironía, una impertinencia,
Mi dolor y mi calma.
Te regalo mi cariño,
Desazón y presencia siempre en la distancia.
Un lazo de alegría e ilusión,
Bañado con una lágrima solitaria.
Te regalo dos arrugas,
Y una alegre sonrisa,
Que guardo para cuando sea necesaria.
Te regalo el cocktail
¡Que en cada momento te plazca!