Mujer que en el tiempo convivido
Supiste darme tu amor y tu ternura,
A ti canto hoy con alegría
Y es placer darte mis cantares.
Tus ojos son la luz de mi sendero,
Tus labios son acaso mi dulzura,
Tus manos torrente de caricias
Y tu cuerpo, el mar de mis delicias.
Tus ojos como estrellas, son luz en mi tiniebla,
Me brindan paz y gran sosiego,
Alumbrando asi los pasos de mi vida
En las noches de tristeza y soledad.
Tus labios me brindan la dulzura de tus besos,
En sus palabras escucho el animo en la lucha,
Su silencio es remanso de paz y de quietud
Y sus gestos aprueban o reprueban mi actitud.
Tu cuerpo es armoniosa melodía
Y toco en cada parte arpegios de amor
Y de ternura, que me brindan al verlo y tocarlo,
Transformándose en dicha cuando
Alcanzo el placer de poseerlo.