El mundo parece alinearse en mi tristeza,
mi rostro se ha empapado, como las flores con rocío,
de las lágrimas más dulces, que mi piel ha conocido.
Y mi voz, ya no tan firme, ha callado mi canción.
Hoy mi cielo se ve oscuro y mi prosa envejeció,
mas mi Dios, tan bueno y puro, me sostiene en su oración,
me devuelve el optimismo y me valora como soy,
tan pequeña, fiel y en lucha, como Él mismo me creó.
Pongo en el cielo, toda mi energía,
confío en la vida, en la gloria y en Dios,
soy reina de lucha y guerrera de amor,
mi causa es la vida y mi espada la razón.