Cuando pasas, se enciende en mis arterias
una hoguera de llamas infinitas;
me estallan terremotos en la carne,
y me hierve la piel cuando me miras.
No puedo controlar el pensamiento,
turbado en perfume de tu brisa;
esta fiebre que al verte me consume,
y el deseo voraz, que me asesina.
En las manos el ansia de tocarte,
me explota en el temblor de mil caricias;
y sangran en mis labios los "te quiero",
que en cada sueño, mi pasión te grita.
¿No ves que estoy inerme y atrapado
en la cárcel de luz de tus pupilas?
¿Que no puedo escapar de tu embeleso?
¿Que a tus pies está mi alma de rodillas?
Que tienes en un puño mi albedrío,
que el torrente de sol de tu sonrisa
dibujó un arco iris en mi cielo
y cambió mis abrojos en orquídeas...
¿No sabes que el milagro de tus ojos,
desgarró las tinieblas de mi vida?
Mostrándome que todas las estrellas
están en tu mirada contenidas.