Extiende tu mano
para saber que existes.
Dame una señal de vida.
Me reconfortará.
Tu silencio...
siempre tu silencio...
¿vives? entonces, házmelo saber.
Dios me extiende su mano,
y soy feliz...
haz tú lo mismo,
y habrá en mí,
reciprocidad de ella.
No seas terca y dura.
Deja tu orgullo a un lado.
No es la primera vez que
te lo digo.
Permíteme que mi alma
esté en paz.
Se que tú lo estás...
envíame esa paz...
y también yo
seré más feliz de lo que soy.
Extiende tu mano...
con la tuya y la de Dios,
podré marchar con Fe total...
si no algo me falta...
y es tu comprensión...
aunque solo sea de amistad...
no seas tan dura...
ten humildad,
es tiempo de paz...
no te resistas ni niegues...
tú tienes un corazón sincero...
demuéstralo...
solo te estoy pidiendo amistad...
no me la niegues...
porque tal vez, algún día
te arrepentirás, Dios vive en mi corazón,
también tú, pero ausente estás...
Todsos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 21/12/2012)