Yo nunca fui aurora
Apenas un peldaño hacia el abismo
Los mares abrazaron mis estelas
Y me quedé sin nombre en la montaña
Las noches fueron cómplices
De ese aciago día
Mi fruto se hizo humo en la distancia
Y luego erré sin rumbo
Buscando tu morada.
Pero tu ya no estabas.
Tras esto fui un truhan sin esperanzas
De hallar en ti un refugio.
Me convertí en el lodo de tus ojos
Y supe que también despues fui alma.
Pero no había nada
Quedaba ya muy poco
La noche me esperaba.
Me abalancé a su encuentro
Y el eco se hizo agua.
Y el agua fue un crisol
Que me envolvió en sus llamas.
Los ciegos son los otros
Que viven sin palabras.
En el rincón del odio
Sumidos entre brazas.