Me mecías en tus brazos
en las noches de luna,
los grillos cantaban
una canción de cuna.
Los jazmines perfumaban
la tibia brisa, mientras
con tus manos suaves
me llenabas de caricias.
El sueño me vence
y cierro los ojos, me
duermo con el recuerdo
de tus labios rojos.