La vieja noche de Navidad
dibuja un paisaje de ensueño
en el pueblo, en el mar y en el cielo
coloreando la festividad.
En el cielo, guiños de estrellas;
en el mar, escamas de plata;
en el pueblo, calles despiertas;
en casa, el calor de la brasa.
La triste noche de Navidad
interpreta música que desafina
en la calle,en cada esquina
y en el alma de la ciudad.
En la calle, frío y gente;
en el banco, indigentes;
en asilo, compañía y solitud;
en el parque, callada quietud.
La larga noche de Navidad
es comida, color y villancico;
la familia al calor del hogar
la gente que tirita y el mendigo.
4 de diciembre de 2011
Pau Fleta