Cada día que pasa, más te extraño y hiero
porque este dolor es un puñal de acero.
Y cada día que pasa más me aferro
¡sin poder olvidarte! Desentierro
el ayer entre mis labios consumido
agonizante quizás ya sin latido.
¿Cuánto amor tú sembraste? Y se diseca
cuál hoja marchita y ya tan seca…,
por ello escucha mi última voluntad, mi plegaria,
que no es insuficiente ni es precaria:
quiero mirar tus ojos y robar de tu boca
un beso que me aliente que disloca.
Si tú no vibrases si nada sintieras ¡te lo juro!
Que por este sufrimiento que se funda
no volveré a buscarte con este apuro
dejando que el dolor en mi se hunda.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Sergio Jacobo “elpoetairreverente”