Había caminado tanto
sobre el ansia de la novedad
que sus rutinarios días
le devolvieron a la muerte
Como se pudo ver
el engaño
hecho mueca sonriente
hecho dicha
había acaparado por entero
todas las tinieblas que se tragó
Una comprensible envidia
de jironados rostros compungidos
se enganchaba a una imposibilidad:
vislumbrar aquel gesto mortal
Kabalcanty © 1989