Es un silencio que no calla,
pero aprieta como eco que lleva.
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Y hay una luz que humea entre un rayo de alba y una pluma de tinta.
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Desnudando sus colores,
pieza a pieza,
jazmin a jazmin,
los pétalos quieren ser flores y las flores mariposas.
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Y un nuevo Paraiso nace ante mi mente,
donde los colores mendigan,
y los aromas se amotinan,
donde gana la luz en intensidad,
y las rocas pierden en la arena.
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Es un Eden,
sin Adanes ni Evas,
tropical hasta la medula,
con sus humanos a cuatro patas
que intentan evolucionar la prehistoria.
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Y los fanaticos,
piden que suba el telón,
de una obra inacabada,
donde el guionista es el que vende palomitas,
y el artista el juez de las causas perdidas.
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Todo es ficción ni tan siquiera yo debiera estar aquí,
ni tan siquiera me podeis ver,
porque soy la brisa en su mejor momento,
que lleva viento hacia el norte,
que lleva esencia hacia el camino de vuelta,
que lleva flujo de ayer,
con simientes vanas,
con semillas caducadas.
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La realidad,
ya no es parpable,
ni tan siquiera especifica,
la realidad, es un barometro entre dos medidas,
es una horquilla, entre dos versiones.
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Los espejismos son nuestra realidad provisional,
nuestros sueños de bolsillo,
se han vuelto practicos y aplicables a nuestras locuras.
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Francisco Peiro