jJAIME

ENTRE HUELLAS, TAN DESCALZAS

He morado por ese valle de lágrimas

que, muchas veces, te deja sin palabras,

cuando siente el corazón

conmoviendo las entrañas

y un agridulce sabor

que,  dejan  penas, entre huellas tan descalzas.

 

Me cobijé en el valor

que tienen las estatuas,

arte pulido en el frío mármol

mirándome sus caras

con un agridulce sabor

que, dejan penas, entre huellas tan descalzas.

 

Las piedras de las calles

van rezumando nostalgias,

de otros tiempos y otras cargas

que son hitos  de verdes esmeraldas;

relámpagos del Sol, con agridulce sabor

que, dejan penas, entre huellas tan descalzas.

 

La lluvia que,  me mojó,

no calaba en mis entrañas,

pero sí ese extraño calor

que deja el Sol

tras las nubes que corren desesperadas

y que, dejan penas, entre huellas tan descalzas.

 

Un cristo gótico que destaca

en un retablo rococó,

son arte y culturas anheladas

en un instante de esplendor,

pero,  en dos siglos abandonadas

que, dejan penas, entre huellas tan descalzas.

 

Pero siguen las palomas

arrullando entre quebradas

y abruptas calles y plazas,

esperando que les den

un puñado de migajas

que, dejan penas, entre huellas tan descalzas.

 

No me vale el desconsuelo

ni las platicas diarias,

si no escucho una canción

de letras tan lejanas

que me saben a lo español

que, llevan alegría, entre huellas tan descalzas.