Vi cuando desviaban el camino
Ansiando estar al pie de la montaña,
Idolatrando piedras, alzando sus guadañas
Cual parca acechando las cosechas...
Los vi, mientras ajustaban fechas...
Reivindicando el oro y la desdicha,
No fuera que el niño allí naciendo
Quisiera liberarlos tan de prisa
De sueño desolado, vida en las cenizas
De infiernos, por siglos padeciendo.
Una pequeña luz, sobre la cumbre
En medio de la sombra de esa noche,
Allí en la montaña del derroche
De buenas intenciones y guirnaldas,
La madre, lleva en sus espaldas
Misterio nacido y en pañales
Allí - catedral de catedrales -
Rindieron homenaje los sencillos,
Al Hacedor de Amor...
Y un pastorcillo,
Cantó alegremente: ¡Gloria a Dios!
Y... al escuchar el mundo, aquella voz
Dejaron los hombres, sus guadañas
Para subir de prisa la montaña...
Cantando ellos también: ¡Sea Gloria a Dios!