He visto como tu cuerpo sonríe a la vida,
tan fresco, como es el agua azul de un mar infinito,
ondulante, suave y fuerte como las blancas olas,
aquellas que llegan a las orillas de mi playa,
humedeciendo mis arenas y dejando marcas,
que sólo tu sabes borrar en la siguiente noche.
En luna llena te agitas y enloqueces,
tus aguas se ponen bravas y profundas,
tus encantos remueven todo en mis costas,
borrando cualquier recuerdo del pasado,
dejando una brisa fresca y perfumada.
En verano tus aguas son pacificas y tibias,
mis arenas se tornan calientes pero sedantes,
entonces me buscas y te deseo hasta el extremo,
voy nadando hasta las profundidades de tu centro,
allí donde se encuentran tus aguas y mis arenas,
buscando con ansias hasta llenarte de placeres.
Incesantes movimientos femeninos,
ondulantes, sinuosos y desafiantes,
mis arenas, adaptándose a tus formas,
admirando la energía de mujer,
sintiendo tus oleajes y tus brisas.