Un día, de mi corazón nació un poema,
de tu rara belleza tomé la mágica esencia,
de mi mano brotó cada una de sus letras,
y de tus sentimientos el motivo perfecto.
Él detalla tu dulce voz de niña traviesa,
tus bellos ojos de miel que me embrujan,
tu mirada que me derrite y me desarma,
y la ternura con la que logras todo en mí.
Me habla de esa verdad que hay en ti,
de la comunicación entre tu alma y la mía,
del suave roce con que tocas mis labios,
y de tu delicada caricia que tatúa mi piel.
En tu mente se alojó el singular poema,
mas en tu corazón echó raíz, y ahí se nutrió,
aquel verso de amor su propósito cumplió,
y cual oasis en un desierto, aliento te dio.
Talvez alguien se inspire en tu poema,
y con amor describa también a su amada,
o quizás, nadie se entere que un día nació,
pero el poema seguirá vivo en ti y en mí.
Podrá desaparecer del mundo el poeta,
quizás olvidaran que existió mi linda Musa,
mas en aquel poema ella fue inmortalizada,
y ni el oxido del tiempo, su imagen dañará.
Talvez el poema se empolve en un libro,
o en el letargo de una vieja hoja amarilla,
acaso avive el fuego de alguna chimenea,
pero aun en las cenizas, vivirá su esencia.
Por eso, después de que pasen mil años,
más allá del portal de esa temida muerte,
seguirá resonando en el eco del silencio,
continuará platicando del amor que siento.
Y en aquel poema que un día te escribí,
el amor gritará todo esto que siento por ti,
lo hará del libro, de la hoja o de la hoguera,
pero nada logrará que su espíritu muera.
…Haciendo reflejos de una rara belleza,
resaltando tus detalles de mujer perfecta,
externando el sentir de un simple poeta,
un inmortal poema, aún flota por ahí.
e.g.