Mientras el tiempo avanza muchas cosas no son como solían ser, marcas, huellas y heridas dejaron de doler.
Mientras mis brazos te atrapan soltaste una palabra que quito llave a esa puerta que tanto he asegurado, debajo de la puerta se cuela las marcas que activa la alarma anunciando que los recuerdos del paso se han situado en mi mente. Atento al dulce sonido de tu voz se esconde un agudo ruido de indiferencia que desata huellas, huellas que mi corazón empieza a interpretar con cada latido.
Sucesos pasan, imprevistos donde el destino no tiene nada escrito dejas mi ser plantado, dando importancia a pocas cosas, tomas tu bisturí mas afilado y despiertas la heridas que he dejado dormidas. Cada vez que tu garganta suelta el tono de tu voz esconde un ruido que aumenta en indiferencia, días las nubes grises bajan a visitar mi ser y a cubrirme con una sutil neblina que tu voz con facilidad las disipaba. Ahora esa neblina se convierte en ventiscas que mi querer enfrenta con coraje y determinación.
Tengo miedo de volverme sordo al sonido de tu voz y solo poder oír el ruido… Nunca tienes las palabras correctas nunca interpretas los latidos del yo de ayer, no luches para perderme porque cada paso del minuto dejo de sentir el sentimiento que borro, oculto, anestesio mis marcas huellas y heridas.