Sembrar en el alma
con mis recuerdos alerta,
despejando penurias,
recogiendo en vasijas
cada sueño perdido.
Desentrañar los olvidos
de postradas ilusiones
que quedaron encajadas
en raíces sin visiones.
Abrir el arcón de los recuerdos,
el viejo temblor de mis entrañas,
albergar nuevas ansias
con ríos llenos de esperanzas,
donde los duendes profundos,
desde las honduras se ufanan
de ser penas pasadas,
raíces de viejos aromas,
de carnales sueños del alma.
Dejo allí entre matorrales
ardores de fuegos internos
que hunden huellas perdidas
subsumidas entre quimeras.
Y así transito mi vida
como alertando congojas,
arrastrando pedruscos
de viejos arroyos resecos.
Así transito la vida
llevando mi carga a cuestas.
CARLOS A. BADARACCO
23/11/11
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