Me gustaría guardar silencio por siempre.
No decir, ni escuchar nada.
Ver solo que las cosas pasen
Sin tener conciencia de lo que ocurre a mí alrededor.
O mejor aún:
No escuchar, tampoco ver.
Me gustaría no escuchar
para que la gente no intente confundirme con sus cosas,
y por obvio respeto.
Me gustaría no hablar
para no interferir con el punto de vista de la gente.
Me gustaría solo sentir.
Sentir el abrazo o la caricia de las manos ajenas.
No quiero saber quien ni por qué me toca,
o sentir los labios calidos de un desconocido
en mi frente...