Sus nombres me sabían a hierba
De la buena.
Cada vez que las nombraba
O las fumaba
Me hacían ver las estrellas.
Se me ocurrían canciones
Con las más hermosas letras.
Una piteada y ya estaba
Despejado de nubes negras
Y mi guitarra sonaba
Como si fuera una orquesta.
Las dos chicas me escuchaban
Y cuchicheaban tras de la puerta.
¿Quién será este guapo
Que canta como un poeta?
Y yo dale con otra aspirada
Con mi sonrisa coqueta.
De pronto interrumpió la policía
Y nos fuimos de cana y retreta.
Ahora no fumo más
Y mi guitarra está muerta.
¿Donde se fueron María
Y Juana las dos muñecas
Que junto con el alcohol
Me dejaron sin ir a más fiestas?
Vengan a verme un día
Que la vida aquí es siniestra.