Mi corazón te recuerda;
aunque mi mente este vacía
de tantos olores,
olfateados en un jardín de ciprés;
te sueña paseando
por callejuelas estrechas,
alimentado por las turbaciones
de tantos clamores;
y más te siente cuando
tu me suspiras,
inaudiblemente,
las primeras olas
de la madrugada.
Acuérdate... Acuérdate...
Locuras del alma
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