Cuando esté allí…
Allí, ¡donde debo estar!
Tus mañanas serán mías
y yo seré el café de tu mañana,
el pan de tu sustento.
La cálida caricia que recorre tu cuerpo.
Los labios que en tú piel dejan huella.
Las manos que a gritos llamas,
para que recorran tu cuerpo.
Cuando este allí…
Seremos agua y mar;
sol y luna.
Y habrá nidos de sueños,
amores en macetas.
Y caminaremos lunas y soles;
y llegaremos cansados
a dormir auroras celosas,
que envidian nuestro amor.
-Llegaré de tarde-
para vivir la noche de amor
jamás vivida.
No tendremos tiempo.
Desgastado nos amaremos;
lo ocuparemos con besos
y seremos huella en el lecho,
que tiene pétalos perfumados
con velas encendidas de amor.
Nos verán bailar unas coplas.
Sin sentido dormiremos
cansancios;
llegaré a tiempo,
eso te lo juro.
-Para que no haya más besos ausentes-.
Juntos siempre... ¡Siempre juntos!
Cuando este allí,
¡Viviremos amores…!
-A mi siempre amor a mi amor de siempre-
Alicia Pérez Hernández
(No es la pluma la que escribe es el alma)