El beso enamoró a los labios.
Los labios enamoraron al cuerpo.
El cuerpo enamoró al cerebro.
El cerebro enamoró a la mente.
La mente enamoró al pensamiento.
El pensamiento enamoró a la sangre.
La sangre enamoró al corazón.
El corazón me enamoró a mí.
J.M. García
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