Apenas empezamos y ya murió mi amor por ti.
Acaso fue por mí, no lo sé, pero ya no estás aquí
Conmigo como cada tarde, como cada noche
En que respirábamos juntos deleitándonos.
Nos miramos y encendimos el fuego de la pasión,
Que inexplicablemente hoy no queda nada,
Tú nombre repito incesante a cada instante,
Haciendo eco en mi corazón desfallecido.
Sin embargo sé que ya no estás a mi lado,
Duele tanto, que a veces creo perder la razón.
Es un sabor a hiel que siento en mi alma,
Por saber que ayer te perdí, ¡Que pesar!.
Ahora infelíz yo, no encuentro calma,
Dónde estás no lo sé, sin embargo,
Te busco en la oscuridad y no te encuentro.
Estás ausente y eso aumenta mi incertidumbre.
Te amé la misma tarde en que te conocí,
Con desesperación mi corazón latía por ti.
Hoy tan solo queda un vacío muy profundo,
Que nada ni nadie lo podrá llenar, ¡Qué angustia!.
Todo se derrumbó cual si fuera un castillo de arena,
Al embate de las olas del mar en luna llena.
Esa mirada de ensueño y esa pícara sonrisa,
Moran incrustadas en el fondo de mi alma.
Con prisa quiero olvidarte, pues mi vida,
No soporta mas el tormento de tu desidia
Deseando ardorosamente con esta agonía,
Quedarme tan solo eternamente dormida.