Y si al caso tú sabes que te amo
que necesito el brebaje de tu aliento
(en mis labios se abrupta este lamento
como una rosa desprendida de algún ramo)
¿Y si al caso…? Sabes que ya he muerto
acude presurosa a mi velorio
que yo en tu lugar: a pecho abierto
me entregaría a tus pies cual ofertorio.
Mi camino desde ayer es tan insípido
tan agridulce quizás –tan sin sabor-
Que al destino insalubre sólo pido
levedad a la herida y sin dolor.
¡Maldigo estos momentos que me atañen!
Malhaya la razón de mi existir
por las lágrimas que tristes así bañen
…a tus ojos -que por mí se han de morir-
Pero antes ¡juro! Que secaré tu llanto
con el dorso implacable de mi ofensa
…pues mil veces prefiero el desencanto
de este amor que se rompa o que se tensa
pues no quiero alejarme de tu almohada
ni del rayo de luz de tu mirada…,
ni el almíbar sublime de tus besos
<mucho menos amor> De tus excesos.
No me perdones ahora ni mañana
castígame si quieres –lo merezco-
Pero acércate un momento a la ventana
dejando que el olvido entre fresco.
Quizás así mi recuerdo sea tan vano
que no te duela jamás el recordarme
-seré entonces cuál humo del habano
quedando el aroma en fin- Después de amarme.
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Sergio Jacobo “elpoetairreverente”