Ahora que me encuentro solo
me acerco a las cosas,
observo:
Tu vestido que usa la nada
usurpando tú espacio,
mi traje con el mismo destino…
clamando dos cuerpos
que se fueron dispersos.
Te añoran tus sandalias
y te ansían mis zapatos,
formulándose un porque...
quisiesen caminar para encontrar nuestros pies;
y ha ambos juntandonos.
Este cuarto no soporta el vacío...
si no fuese por retratos moriría,
la cama enfrió en tristeza,
te lloran las laminas en el invierno por el que te fuiste;
y en la ventana las bisagras chillan…
¿Que no diera el piso por tus huellas
o este patio que sin ti es solitario?
¿Que no diera el aire por tu eco?
Los entiendo…
¿Pero a mí
quien me entiende?
Si mis pies...
¿Saben donde estas?
Mis brazos no atrapan más que viento;
y mis manos no recorren el mar de tu cuerpo…
Junto a estas cosas en mi encuentro,
que no respiro tu aliento
y solo escucho tu silencio…
y mis ojos invaden cada estancia de la casa;
simulando rostros y sonidos desiertos.
Las sillas me desprecian,
están moldeadas a tu figura.
No se donde estas
pero sin ti siento…
que voy formando parte de estas cosas.