No, caca de mi caca
sobre la tierra de mi tierra amada
no, al mosquito que baja por Canadá
a chupar los glóbulos rojos de las venas abiertas
no, a la clarividencia
no, a los consejeros del viento
no, al bostezo de un holgazán en el ministerio
no, a la cobra que se arrastra por el desierto
tragando a los indios caídos de plomo
no, al resplandor primero que fundió el bronce
de los morenos para escudar las perlitas del general
no, a la urna de un militar en la basílica de un santo
no, a esa mezcla de sangre y aurora
no mas, soldados y cuarteles, pólvora y pólvora
si mas, panaderos y panaderías, harina y harina.