Letras inertes

Drogo amor.

Él me introdujo al mundo de las drogas,

yo,

yo lo introduje al amor.

Él volaba y tenía el mundo en sus manos con una lagartija desde su cola,

mientras yo,

me inundaba en su mirada ida, perdida; en sus pupilas dilatadas me perdía de universo distinto, de alucinantes, de psi-coactivos.

Esa primavera descabellada que nos hizo espumear sin ser cerveza,

ese invierno, que nos hizo calor en pleno frío, hacía que nos devorarámos las horas y las calles, los momentos y los días.

Él con un cacho y yo, con un poco de su amor, fumaba, absorbía y al revés de su beso,

pasaba por debajo de mi boca su humo.

Él se intoxicaba con perica, aspirando matiz blanco por su nariz,

le picaba, desde el vientre hasta el cerebro, me miraba y

como pura gozadera, como si no fuera adicción, me besaba y me perdía.

Yo me intoxicaba con sus besos, respirados y perfumados de marihuana,

me ardía, me dolía su lengua entumida,

desde su boca hasta mi raíz, yo lo miraba y como si nada,

consumía de sus besos, como él de su perica.

Esa droga que no era droga,

que no era cocaína,

ni peyote, ni crack, ni L.S.D, ni marihuana me hacía amarle. Me enamoraba de su piel,

de sus labios rojos, yo me agarraba el alma, alcoholizada por un drogo.

Él se inyectaba heroína, esperando que saliera el sol,

yo me inyectaba de su amor,

esperando que no amaneciera. Así, en silencio, bajo sus brazos.

Mientras él se perdía y divagaba en paralelos afónicos,

que le daban paz, tranquilidad y menos agonía,

yo dormía con su polvo feliz, en mis mejillas, sobre mi boca,

sobre mis caderas, hasta sobre mi espalda.

¿Dónde has ido extensa adicción y perdición de mi ser?,

te has perpetuado en tus viajes efímeros,

te fuiste, te olvidaste de mí. Preferiste volar con universos blancos y calentados sobre cucharas,

alimentados por tu aguja,

para vaciarme y dejarme en este absurdo mundo \"coherente\", sobrio y desintoxicado.

Allá a lo lejos, sobre las nubes consumes del alba, mientras mi adicción, esa que no se cura con médicos, ni programas de desintoxicación,

ni psicólogos, ni fundaciones para drogadictos,

sigues siendo tú.