Un beso que te muerda los labios te daré está mañana.
Aún apenas te vea, antes de saludarte.
Te asaltare con un beso aún a mitad de la calle.
Te morderé los labios, si es preciso, hasta sangrarlos.
Tienes que entender, mujer, yo a ti te amo.
Te besaré también los parpados, la frente,
las uñas y los codos, el cuello y las sienes.
Deberás acostúmbrate a que yo así te bese.
Que lo grite a todo el mundo, que te lleve a todas partes.
Que se enteren las palmeras, las caletas,
los peñascos, que lo sepan mis amigos, mis hermanos.
La luna, las estrellas y hasta el mismo sol.
Que se trasciendan fronteras, que se hagan comentarios.
No ocultemos nuestro amor, sigamos paseando a diario.
Besémonos en el Kiosco, el las bancas de los parques,
caminemos abrazados derrochando nuestro amor.
Que la vida nos bendiga con el agua de las fuentes,
que las aves hoy nos canten su balada de amor.
© Armando Cano.