EDUARDO FAUCHEUX

TIEMPOS VIOLENTOS

¡Malditos tiempos violentos!

 Podríamos filosofar décadas sobre política, religión o injusticias...

Atila, el rey de los hunos, hizo desastres, pasando a otros mundos a miles de almas! Antiguamente, la vida de un esclavo valía solo por lo que pudiera producir. Ahora, una cautiva en un prostíbulo, desearía morir un millón de veces en un día!


Seres humanos y animales sufrimos el castigo de nuestras propias permisividades y apetencias. Así es como nos transformamos en nuestros propios Aliens o en nuestras propias Marías Teresas de Calcuta.

 Qué pena sufrir la Violencia

con tanto temor, con tanta impotencia...


Todos tenemos nuestros \"muertos escondidos en el placard\"... Cosas de qué arrepentirnos o avergonzarnos...
Estos hechos nos replantean nuestras convicciones que creíamos inexpugnables. Fieles devotos de religiones del \"Ohm\"... del \"Paz y Amor\"...del \"Ofrece la otra mejilla\"... nos transformamos en Rambos, Vengadores y Justicieros, porque nos han hecho trastabillar lo que dábamos por sentado: ¡que a nosotros nunca nos iba a pasar!


¡La realidad nos dio el puñetazo en la cara y nos dolió más que los muchos golpes recibidos en nuestras vidas!
Y, ¡peor aún!, ahora debemos convivir con miedos, precauciones, mirar para atrás por sobre nuestros hombros, armarnos para defendernos... cosas que nos revuelven el estómago porque no estamos acostumbrados a esas dosis de adrenalina que nos indigesta y que nos hace convertirnos en los seres violentos que tanto odiamos.

 

¿Somos quienes queremos ser

o somos en lo que nos han convertido?

¿Quiénes han podido llegar a ser

todo aquello que se han prometido?


Pero la Vida es así... Es la Realidad que nos aclara diciéndonos:
- ¡Hombre!... ¿Qué creías? ¿Qué te la ibas a llevar de arriba...?

 

Y de esa curiosa manera

en que nadie soñaba, siquiera,

nos transformamos en esta triste era

en seres que más de uno no lo quisiera.


Y entre recaudos y vigilancias, entre cuchillos y cañones, por favor, no perdamos de vista que debemos seguir viviendo. Que no somos mala gente. Que si la Realidad nos da la cachetada de la que debemos defendernos y que terminemos matando a alguien, es poco probable que podamos dormir tranquilos buena parte de nuestras vidas, así que, cada uno evaluará lo que le conviene...

 Querido amigo... no somos mala gente...

¿pero que podemos hacer frente al enojo

de saber que nos violentan malamente

y tratándonos, día a día, como despojos?

 

Por eso...

No peleemos entre nosotros, somos hermanos...

No somos malas personas, usualmente...

Cometemos errores como cualquier humano

y repito que, en realidad, no somos TAN mala gente...

 

Eduardo Faucheux

31-12-2012