Hermosa piel que cautiva mis ojos,
su tez hace revivir pensamientos tirantes,
su firmeza provoca ríos en mis venas,
su lisura hace crujir y danzar mis dientes.
Finura de piel, pura y sin macula,
su sutileza abre fuentes ardorosas,
delicia torrencial que las manos afinan
a aplaudir su placidez y tersura.
Oh divinidad que provoca maniobras
en mi palpitante corazón cual ama sus veredas,
me has conmovido a abofetear la tragedia
y amar tu túnica colosal.
Piel enlazada y voluptuosa,
bronceada por un Sol que cela su hermosura,
como su fragancia nocturna no hay ninguna,
que lije mis labios con su frescura.
Sembrar bálsamos en sus poros seria mi oficio,
su sudor sobre mi boca seria gran sueldo,
la substancia de su sal y aroma es el edificio
que alberga mis botines de deseos.
Me arroparé a esa sabana tan aromática
haciendo una de tu piel a mi piel
y llevaré esta impaciencia al frenesí
porque tu piel es maná que sacia mi ser.
Daniel Badillo