Triste y solo caminaba
en medio de tanta gente,
triste y solo caminaba
y llegaste de repente
Por fin lo supe enseguida,
dije sin vacilaciones:
es La mujer de mi vida,
el amor de mis amores”.
Se cruzaron las miradas,
la palabra enmudeció
y las lágrimas rodaban
Y un abrazo nos unió
Muy tomados de la mano
bajo un árbol de testigo,
juntos tomamos helados
viendo jugar a los niños.
Juntos tomamos café,
sin dejar nos de mirar
juntos fuimos a correr
frente a las olas del mar.
El arco iris dormido
con sus místicos colores
enmarcaba este idilio
de dos cuerpos soñadores
Quise gritar cual demente
y el impulso se apagó
la susurré suavemente
con un “te amo mi amor”.
Fue un te amo muy tierno
que llegó a su corazón
y con un ósculo eterno
se apagó esta ilusión.
Sólo fue un hermoso sueño
que yo daría por cierto,
ella ya tiene su dueño, (un oso)
yo por mi camino incierto.
Lo primero al despertar
fue hacia la playa correr,
al no poderla encontrar
Sólo lloré y lloré