Ricardo Ayestaran

Sirena de piel morena (Mujeres mágicas)

Nadie te vio llegar

detrás del sol ovalado

de aquella tarde de fuego.

 

Venías vestida de blanco,

con una cinta en el pelo,

descalzos tus pies morenos,

roja,

          tu boca fresca,

húmeda,

                 tu piel de enero.  

 

La sombra de tu mirada,

oscuro cristal de lirios,

era una luna sembrada

de esmeraldas y zafiros,

turbulencias, desamores,

ternuras y desafíos.

 

A la noche,

la magia te soltó el pelo,

volaron tus alas blancas

y nos bebimos el cielo.

Nos embriagamos de estrellas

y cabalgamos sin freno.

 

Desnuda sobre la arena,

te abrazaste a mis ansias,

y te dormiste en mi pecho

 

Me despertó la marea

que sigue a la luna llena,

y de ti,

              no había ni huella.

Nunca supe tu nombre,

sirena de piel morena.

 

Nadie te vio partir

después de robar mis sueños.

 

La magia suele vivir,

donde habitan los recuerdos,

donde abrevan los poetas,

y donde no llegan

                                   los cuerdos.

 

Ricardo Ayestarán