Al compas del aleteo de aquella pequeña golondrina,
viajo mi pensamiento, para detenerse junto a ti,
llego y te recorrió con la emoción de encontrarte,
te tomo y te trajo de nuevo a mi lado.
Ahora estamos juntos de nuevo,
tu y yo... yo y tu...
como siempre, como al principio,
estas conmigo, acompañándome en este escrito,
alentándome a seguir, a pesar del sufrimiento.
¡No! no sufro, solo lloro por la ausencia...
¿Ausencia? ¡No! no hay ausencia porque estas aquí,
en mi corazón, junto a mí...
Solo estoy un poco aturdida de la emoción
de sentirte tan cerca y de saber que aun me amas...
¡Tanto, como yo te amo a ti!...
D.R. SAAG.
Luna de Hielo...