chrix

Nunca supe amarte (ciclos)

La sed


Levantaré las piedras
para lamer la frescura de la tierra desposeída de calor

(sin evaporar el sueño de las lombrices)


Libar el liquido “ocupa” que se esconde del sol,
lo haré cuando la roca duerma,
y mis manos estén tan secas y ásperas,
que creerán que es el beso de la arena
el ser abanicada por el viento,
la caricia, que ofrece el desierto o las uñas
de algún reptil trepando el silencio.

La caída

... abriré esos troncos sin médula derramando sus
círculos de vida, agostados de savia por el vampiro de un hacha
que taló sus sueños de frutos y cantos de aves.
Le haré una autopsia para ver sus insectos,
quiero ver la coreografía de sus patas y
el universo de vida tras la muerte del que nunca pudo gritar,
escucharé de sus bullicios las palabras dormidas
en la pulpa de su papel sin procesar.

El dolor

... me hermanaré con los cactus, en un abrazo
curaré la espera de todas sus puntas,
me beberé la paciencia de la defensa sin enemigo,
como los muros de castillos en tiempo de paz,
aceptaré hidratarlos con mi sangre, como un pacto
efímero donde mis nervios se activen con la suavidad
del dolor para saber que aún respiro, que aún permanezco vivo,

Por último … el olvido

... me acobijare con fósiles huesos,
en la cima de lo inhóspito,
seré la hoja en el océano del otoño que ahoga al bosque,
la pata rota de una hormiga en medio de una marabunta,
o el aguijón de una avispa en el frenesí de guerra al
defender el panal y a su proclamada reina,
seré la mirada que nadie vio y el suspiro que se ahogo
en el enojado vendaval, seré la coreografía de los arboles
al paso de un huracán y también seré esos retazos de raíces
a su paso.
Seré el calor de tu secador de cabello antes de una fiesta,
o el rimel de tus ojos antes de acostarte,
seré el perfume que se desprende de tu cuerpo en la bañera,
o esos cabellos que saltan al vació después de peinarte,
seré lo que fui a cada paso, y entonces no seré nada.
POR QUE NUNCA SUPE AMARTE.