Yo no quería...
Juro por mi vida que ya no quería
volver a probar esta agüita salada,
dolorosa, brotando de mis pupilas.
Como vuelvo a sentir este amor mudo,
y la ausencia calando hasta la médula,
y unas sílabas colgando de la lengua,
intentando tragarlas sin que pasen
más allá de esta garganta tan seca,
tan callada, tan desierta, silenciosa.
Se me regresan, navajas afiladas
son estos inútiles vocablos quietos,
combinándose con el agua del mar,
con brazos que no pueden abrazar,
cabeza sin hombro donde descansar,
soledad sin rostro, ojos manchados.
Que necedad tiene este corazón
por amar o recordar lo prohibido,
lo que fué, no es ni será mío.
Es semilla que no germinará,
camino sin rumbo, vereda final,
ave que voló con alas rotas,
barco que encalló sin navegar,
oasís de un desierto yermo,
cielo anunciando una tempestad.
La flor será arrancada,
ni una lágrima para regar,
ya comienza el final.
(O quizá nunca llegará...)