Alguna vez escuché atentamente
palabras de un sabio rapsoda
que lanzaba a toda hora
escuetos mensajes del alma
dijo una vez muy serio
“La grandeza inspira envidia,
La envidia engendra rencor,
el rencor genera mentiras.
y también crea apatía”
Allí está justamente está
la forma más elocuente
de enfrentarse a la fruición
Tu grandeza será dignidad
cuando tú mismo te sientas noble,
los demás desgranan envidia
por los cuatro costados del alma.
"Recuerda siempre Tartufo"
dijo Moliere en su obra
“los devotos y falsos devotos…
hipocresía y devoción,
vivir a costa de otros
de la envidia de otros ignotos,
es un total disparate
que sólo la inopia promulga"
CARLOS A. BADARACCO
30/12/12
(DERECHOS RESERVADOS)
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CON EL RABO ESCONDIDO
Me da asco la envidia
la estúpida fruición del ignoto,
competir con la ignorancia
es un arma de traidor
Aquel estúpido estafador
que hace palabras profanas,
pues ha nacido así
sin un intelecto que esboce
astucia, sutileza o valor
Aquel ignoto que habla
aún rebuznando su ignominia,
es un estafador de la vida
cautivo en su propia ignorancia
Se calla ante lo reverente,
siendo su voz elocuente,
demuestra su ignoto perfil
su idiota pasión por lo vano
No tolero la perfidia barata
aunque sea siempre una ganga,
simplemente a este mundo
entrarán los grandes rapsodas
que sepan descubrir en el hombre
su afán de ser un gran arquetipo.
Yo seré el primero que habré de irme
despacio, siendo un perro ignorante
con su rabillo entre las piernas.
CARLOS A. BADARACCO
30/12/12
(DERECHOS RESERVADOS)