Me despido de mis sueños,
de mis soledades,
de mis miedos
y mis ansiedades.
Me despido
de mis malas actitudes,
de mis enfados,
de mis toscas ingratitudes.
Me despido
de mis defectos
ilusiones vanas,
de mis locos arrebatos.
Me despido
por mil años,
por toda una eternidad,
por tantos daños.
Me despido
de mi indiferencia,
de mi soberbia,
de mi inconciencia.
Me despido
de la oscuridad,
del silencio que mata,
de la callada voz.
Me despido
de mis negativas actitudes,
de mis recurrentes fracasos,
de lo que he buscado
y aún no he encontrado.
Me despido
de mi alma negra,
de la inquietud adversa,
digo adios a las promesas.
Doy la bienvenida en mi vida
a la inocencia.
a la esperanza,
a una bella realidad.
Recibo saludos de la vida,
recibo abrazos celestiales,
ángeles que brillan en mi alma,
colores que alegran mis entrañas.
Me despido
de las largas tempestades,
me alegra la llegada
de un mar en calma.
YOLANDA BARRY. republicado.