Regresa
al laberinto de mis ojos
donde siempre te pierdes,
al eclipse irreverente
que la historia de tus besos
dejara en mi memoria.
Regresa a mis manos
que entre caricias
dibujaron tus sueños.
Esos gloriosos sueños
que junto a ti
son el paraíso de lo nuestro
que de par en par
nos muestra el universo.
Regresa al diluvio solitario
de mi sangre
donde tu vació
no lo ocupa nadie,
podame toda la piel,
robame cada instante,
que se extinga la luz,
pero dejame mirarte.
Y no me digas adiós
no quieras enjaularme
dejandome sin alas
para amarte.
Regresa
aun no es tarde
cada arteria de mi mundo
se hace pozo profundo
si no vuelves,
regresa
aun la siega del amor
no ha comenzado
anidare las dudas
de mis dedos
en tus manos
y de nuevo enamorados.
Ana@ocaña